martes, 12 de febrero de 2013

AMISTAD


BLOG DE: 

ANDRES FERNANDO GARCÍA




Es propio de la amistad dar al amigo lo mejor que se posee. 

La amistad con el Señor, que nace y se acrecienta en la oración y en la digna recepción de los sacramentos, nos hace entender mejor el significado de la amistad humana, que la Sagrada Escritura califica como un tesoro: "Un amigo fiel - dice el Eclesiástico - es poderoso protector, el que lo encuentra halla un tesoro. Nada vale tanto como un amigo fiel, su precio es incalculable". 

El trato diario y la amistad con Jesucristo nos llevan a una actitud abierta, comprensiva, que aumenta la capacidad de tener amigos





Amistad Verdadera


El trato diario y la amistad con Jesucristo nos llevan a una actitud abierta, comprensiva, que aumenta la capacidad de tener amigos. La oración afina el alma y la hace especialmente apta para comprender a los demás, aumenta la generosidad, el optimismo, la cordialidad en la convivencia, la gratitud… virtudes que facilitan al cristiano el camino de la amistad. 




La amistad verdadera es desinteresada, pues más consiste en dar que en recibir; no busca el provecho propio, sino el del amigo. El amigo verdadero no puede tener, para su amigo, dos caras: la amistad, si ha de ser leal y sincera, exige renuncias, rectitud, intercambio de favores, de servicios nobles y lícitos. 
El amigo es fuerte y sincero en la medida en que, de acuerdo con la prudencia sobrenatural, piensa generosamente en los demás, con personal sacrificio. Del amigo se espera la correspondencia al clima de confianza, que se establece con la verdadera amistad; se espera el reconocimiento de lo que somos y, cuando sea necesaria, también la defensa clara y sin paliativos. 



Para que haya verdadera amistad es necesario que exista correspondencia, es preciso que el afecto y la benevolencia sean mutuos, si es verdadera, la amistad tiende siempre a hacerse más fuerte: no se deja corromper por la envidia, no se enfría por las sospechas, crece en la dificultad. Entonces se comparten con naturalidad las alegrías y las penas. 



La amistad es un bien humano y, a su vez, ocasión para desarrollar muchas virtudes humanas, porque crea una armonía de sentimientos y gustos que prescinde del amor de los sentidos, pero, en cambio, desarrolla hasta grados muy elevados, e incluso hasta el heroísmo, la dedicación del amigo al amigo: "Creemos - enseñaba Pablo VI - que los encuentros (…) dan ocasión a almas nobles y virtuosas para gozar de esta relación humana y cristiana que se llama amistad. Lo cual supone y desarrolla la generosidad, el desinterés, la simpatía, la solidaridad y; especialmente, la posibilidad de mutos sacrificios". 


El buen amigo no abandona en las dificultades, no traiciona; nunca habla mal del amigo, ni permite que, ausente sea criticado, porque sale en su defensa. Amistad es sinceridad, confianza, compartir penas y alegrías, animar, consolar, ayudar con el ejemplo. 


Es propio de la amistad dar al amigo lo mejor que se posee. Nuestro más alto valor, sin comparación posible, es el haber encontrado a Cristo. No tendríamos verdadera amistad si no comunicáramos el inmenso don de nuestra fe cristiana. Nuestros amigos deben encontrar en nosotros, los cristianos que quieren seguir de cerca de Jesús, apoyo y fortaleza y un sentido sobrenatural para su vida. 




La amistad en la vida cristiana. 


La amistad nos lleva a iniciar a nuestros amigos en una verdadera vida cristiana si están lejos de la Iglesia, o a que reemprendan el camino que un mal día abandonaron, si dejaron de practicar la fe que recibieron. Con paciencia y constancia, sin prisa, sin pausa, se irán acercando al Señor, que les espera. 

En ocasiones podremos hacer junto con ellos un rato de oración, una obra de misericordia visitando a un enfermo o a una persona necesitada, les pediremos que nos acompañen a hacer una visita a Jesús Sacramentado… cuando sea oportuno les hablaremos del sacramento de la misericordia divina: la Confesión, y les ayudaremos a prepararse para recibirlo. 


La amistad todo lo puede con la ayuda de la gracia: ayuda que debemos implorar al Señor con oración y mortificación. El Señor desea que tengamos muchos amigos porque es infinito su amor por los hombres y nuestra amistad es un instrumento para llegar a ellos.






¡Cuántas personas con las que cada día nos relacionamos están esperando, aún sin saberlo, que les llegue la luz de Cristo! ¡Que alegría la nuestra cada vez que un amigo nuestro se hace amigo del Amigo!. 






Jesús que pasó haciendo el bien, y que se ganó el corazón de tantas personas, es nuestro Modelo. Así hemos de pasar nosotros por la familia, el trabajo, los vecinos, los amigos. Hoy es un día oportuno para que nos preguntemos si las personas que habitualmente se relacionan con nosotros se sienten movidas por nuestro ejemplo y nuestra palabra a estar más cerca del Señor, si nos preocupa su alma, si se puede decir con verdad que, como Jesús, estamos pasando por su vida haciendo el bien.



AMISTAD, DEFINICION Y CARACTERÍSTICAS



¿Qué es la amistad? Concepto y características. Cómo reconocer a un amigo verdadero y distinguirlo de los falsos.

Cualquier persona normal mantiene relaciones amenas y cordiales con cientos de personas, pero con algunas de ellas se genera un vínculo afectivo más intenso que con otras. Aún así, muchas veces no podemos definir si una persona es amiga, casi amiga, o simplemente alguien con quien existe afinidad y nos llevamos bien.
¿Basta con que alguien nos declare su amistad para considerarlo un amigo? ¿Quiénes son nuestros verdaderos amigos y quiénes no? ¿Cómo distinguir a los amigos sinceros de aquellas personas que sólo fingen su amistad para obtener algún beneficio? Para responder todas estas preguntas, es necesario reflexionar sobre la amistad: qué significa, cómo se expresa, cuáles son sus requisitos. ¿Estaremos siendo buenos amigos? ¿Son nuestros amigos todos aquellos que dicen serlo?
El concepto de amistad
La amistad surge cuando dos o más personas desarrollan un afecto mutuo, desinteresado e incondicional. Un amigo se asemeja a un hermano, pero existe una diferencia fundamental: los amigos no nos vienen dados, podemos elegirlos. En este punto se encuentra la clave del asunto. Los amigos tienen tanta importancia en nuestras vidas justamente porque se trata de relaciones que nosotros mismos decidimos crear y mantener a cada instante. Nada ni nadie nos obliga a soportarlos, como sí puede suceder con ciertos parientes. Por el contrario, la amistad se genera cuando dos personas se eligen mutuamente para compartir parte de sus vidas: experiencias, intereses, conocimientos, actividades, etc.
Es muy difícil encontrar una buena definición de “amistad”, capaz de agotar toda la complejidad de semejante concepto. Algunos la conciben como “una virtud que nos lleva a una relación sólida, profunda, desinteresada y recíproca con otra persona”. Para la Real Academia Española, consiste en el “afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”.

Características de una relación de amistad
- Confluencia de las voluntades para establecer y mantener un vínculo de afecto recíproco y confianza mutua. La amistad unilateral no existe. Es una farsa. Si el afecto y la confianza no son recíprocos, no puede haber amistad. Para que exista amistad, es imprescindible que todas las personas involucradas experimenten el deseo de crear ese vínculo. Porque no sólo se trata de crearlo: también se debe mantenerlo, y eso es quizás lo más complicado y apasionante a la vez. Las verdaderas amistades se asemejan a las plantas: requieren cuidado, y se van marchitando si no se las atiende debidamente.
Continua actualización, recreación y redefinición. La amistad no es algo estático. Como toda relación humana, varía con la experiencia y el trato cotidiano. Luego de una charla, de compartir una experiencia, seguimos siendo amigos, pero nunca de la misma manera que antes. Cada nueva palabra, cada reacción, cada contestación, cada nueva experiencia compartida va forjando una historia común, que será tenida en cuenta por los amigos en sus futuros intercambios. Entonces, la amistad es una relación que está constantemente actualizándose: se recrea y se redefine constantemente, para mejor o para peor.
Permanece a lo largo del tiempo, el espacio y los cambios personales. La amistad genuina es indisoluble. El amigo temporario no es un amigo, es otra cosa. Durante el crecimiento físico y mental, vamos cambiando muchas cosas, pero no a los verdaderos amigos. Los amigos de verdad pueden tener profundos desacuerdos, que provoquen apasionadas discusiones muy enriquecedoras, pero tales diferencias jamás resultarán tan grandes como para amenazar la continuidad de la relación amistosa. Antes que el orgullo por tener la razón, siempre se impondrá el afecto, la tolerancia y la aceptación del otro tal como es. Entonces, la amistad no puede más que crecer a lo largo del tiempo, a medida que los amigos van teniendo ocasión de conocerse y comprenderse mejor. Tampoco la distancia amenaza a una amistad verdadera: dos amigos siempre se sentirán cerca uno del otro, se encuentren donde se encuentren, y siempre hallarán la forma de mantener el contacto y la vitalidad del vínculo.
Es desinteresada. De lo contrario, no hay amistad sino manipulación. La amistad es incompatible con el interés, egoístamente entendido. No busca el beneficio propio, sino el enriquecimiento común. La amistad es el fin de la relación, y no un medio para obtener fines subsiguientes. De lo contrario, no hay que hablar de amistad sino demanipulación: una persona simula ser amiga de otra para conseguir algo de ella. En la amistad, se ve al otro como persona, y se siente interés por conocerla a fondo. En la manipulación, el otro es visto como un instrumento, como una cosa útil a mis propósitos. Las relaciones de manipulación son en muchos casos válidas y necesarias en la vida social, pero jamás no deberían ser confundidas con relaciones de amistad, porque no lo son, ni se le parecen. 
Puede basarse en intereses y metas comunes. Muchas veces, la amistad se alimenta de cierta cantidad de ideas, objetivos, prioridades, opiniones e intereses, pero estos tienen que ser compartidos. Casi siempre, los amigos comparten filosofías de vida, posiciones políticas, nociones sobre el bien y el mal, etc. Estas coincidencias de fondo hacen tolerable cualquier diferencia superficial y generan una sensación de complicidad que fortalece la amistad.
Enriquece a ambos. El resultado de una amistad es siempre el beneficio mutuo. Los amigos se ven como iguales, y se ayudan a crecer. Cuando se establece una verdadera relación de confianza, las críticas constructivas de nuestros amigos nos ayudan a mejorar, a desarrollar nuestras potencialidades contando con el juicio sincero de alguien que nos aprecia y que quiere lo mejor para nosotros. La mirada de un amigo siempre complementa y enriquece la mirada propia. El amigo nos presta sus ojos para ver nuestra realidad desde una óptica diferente.
Genera un compromiso, un deseo de pasar tiempo juntos y un agrado por compartir ideas, gustos y experiencias.
Despierta un interés y una preocupación genuina. Cada amigo experimenta el deseo de mantenerse al tanto de lo que le pasa al otro: su bienestar, sus problemas, sus logros. Se está atento para apoyarlo cuando haga falta, para celebrar lo que le ocurra de positivo, para apuntalarlo cuando esté por caer.
Empatía y espontaneidad. Un verdadero amigo tiene una poderosa voluntad de comprender al otro, de ver por qué actúa como lo hace, y de qué formas puede ayudarlo a mejorar. Este interés por descubrir y conocer más profundamente al amigo genera un clima de no agresión, en el que ambos pueden hablar sin miedos y sin temor de ser reprendidos por ser quienes son y pensar como piensan. Entre amigos se puede hablar y actuar con naturalidad, minimizando los frenos sociales que normalmente surgen por temor al rechazo en relaciones de menor confianza e intimidad.

PENSAMIENTOS DE LA AMISTAD



 

¿POR QUE?

- Porque hay personas que son capaces de darle una vuelta a tu vida.

- Porque hay personas que te hacen ver la vida de otra manera.

- Porque hay personas que te hacen apreciar las cosas que realmente valen la pena.

- Porque hay personas que pase lo que pase siempre van a estar ahí.

- Porque hay personas que te hacen cambiar.

- Porque hay personas con las que no podrías vivir un segundo sin estar con ellas.

- Porque hay personas por las que darías tu vida.

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La Amistad como valor humano



La amistad (del latín amicus; amigo, que deriva de amore, amar) es una relación afectiva entre dos o más personas. La amistad es una de las relaciones interpersonales más comunes que la mayoría de las personas tienen en la vida
La amistad se da en distintas etapas de la vida y en diferentes grados de importancia y trascendencia. La amistad nace cuando las personas encuentran inquietudes comunes. Hay amistades que nacen a los pocos minutos de relacionarse y otras que tardan años en hacerlo. La verdadera amistad dura toda la vida. (Wikipedia)



La amistad:
Nos permite tener experiencias y adquirir conocimientos. Es uno de los valores más hermosos y poderosos, pero debe ser recíproca y sincera para que sea verdadera y duradera.
Se basa en la mutua confianza, el objetivo es ayudar al otro y consecuentemente a sí mismo. Es una relación que hay que cultivarla y cuidarla.

No se impone, ni se programa, como todo en la vida requiere de un esfuerzo para conseguirlo y lo más importante es poner los medios para lograrlo y mantenerlo.
Es una relación entre iguales con alguna característica en común. Por eso los profesores, los padres, los jefes no pueden ser amigos de sus alumnos, de sus hijos o de sus empleados.

Se inculca desde la infancia, y como padres debemos enseñar a nuestros hijos el verdadero valor de la amistad, los debemos enseñar a compartir y ayudar. Como también debemos estar atentos del entorno en que se relacionan nuestros hijos. Pero nunca privarle o prohibirle una amistad, y si ésta no nos parece conveniente, debemos conversar con ellos y explicarles nuestras inquietudes.
Un buen amigo:

• Sabe todo de ti.
• Te quiere tal cual eres.
• Está contigo en los momentos buenos y en los momentos malos. 
• Comparte las alegrías contigo al igual que tus sufrimientos.
• Te apoya cuando lo necesitas.
• Nunca trata de anularte. 
• Te da buenos consejos.